El derrame tóxico de 400 mil litros de químicos al arroyo La Talaverna, en San Nicolás, ha puesto en evidencia la total inacción del gobierno de Nuevo León, que no ha tomado medidas efectivas ante el daño ambiental y la grave afectación a la salud pública.
Gobierno de Nuevo León: Inacción Ante el Derrame Tóxico
El 18 de abril, la planta de Ternium, ubicada en los límites de Monterrey y San Nicolás, sufrió un derrame de cloruro ferroso y agua ácida, afectando severamente el arroyo La Talaverna y extendiéndose a más de 11 kilómetros de cauce en los municipios de San Nicolás, Apodaca, Pesquería y Guadalupe. A pesar de las graves consecuencias, el gobierno de Nuevo León no ha respondido de manera contundente.
El alcalde de San Nicolás, Daniel Carrillo, ha sido uno de los pocos funcionarios que ha exigido el cierre inmediato de Ternium. Sin embargo, la respuesta de las autoridades estatales ha sido indiferente, dejando a los habitantes expuestos a las emisiones tóxicas y sin medidas que garanticen su salud y bienestar. La falta de acción del gobierno resalta su total desinterés por proteger a la población.
Exigencias Ciudadanas para el Cierre de Ternium
La indignación ciudadana por el derrame ha crecido rápidamente, con miles de regiomontanos exigiendo el cierre inmediato de la planta de Ternium. Sin embargo, el gobierno estatal ha fallado en escuchar a la población y tomar medidas efectivas para garantizar la protección del medio ambiente y la salud pública. Mientras tanto, las familias de San Nicolás siguen siendo víctimas de la contaminación y la falta de respuesta gubernamental.
Las autoridades han optado por ignorar la crisis ambiental y la salud pública, permitiendo que empresas como Ternium sigan operando sin consecuencias. El gobierno de Nuevo León parece más interesado en proteger los intereses de las grandes corporaciones que en priorizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
¿Qué Espera el Gobierno de Nuevo León Para Actuar?
La inacción del gobierno ante el derrame de Ternium es solo una muestra más de su incapacidad para enfrentar problemas ambientales y garantizar la salud de los regiomontanos. La falta de sanciones efectivas y la ausencia de medidas claras para remediar la situación demuestran que el gobierno sigue priorizando los intereses empresariales por encima de las necesidades de la población.
Es hora de que el gobierno de Nuevo León responda con hechos, y deje de actuar con indiferencia ante situaciones que ponen en riesgo la vida y el bienestar de las personas. La falta de respuesta ante el derrame de Ternium solo confirma que no hay compromiso con la protección del medio ambiente ni con la salud pública.
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