El gobernador insiste en responsabilizar a los padres de familia por el caos vial en Nuevo León, pero evita hablar del verdadero problema: el transporte público que su gobierno prometió mejorar y que hoy sigue siendo inseguro, ineficiente y caro. Mientras las familias buscan cómo mover a sus hijos, Samuel prefiere señalar y deslindarse.
Escuelas Privadas En El Centro De La Polémica
El secretario de Educación, Juan Paura, declaró que 1,333 colegios privados concentran la mayor parte del tráfico en la zona metropolitana, pese a que representan solo el 22% del total de planteles. Según sus cifras, en más del 90% de los casos, los alumnos llegan en un auto individual.
La explicación oficial es sencilla: los colegios privados generan más autos, y con eso, más tráfico. Sin embargo, lo que no dice Samuel es que detrás de esa decisión de los padres hay un contexto de transporte público deficiente que no garantiza seguridad ni eficiencia.
En municipios como Monterrey, Guadalupe y Escobedo, los embotellamientos diarios confirman que el problema es estructural y que no se resuelve culpando a los ciudadanos.
Escobedo Y El Caso De Los 25 Mil Estudiantes
El alcalde de Escobedo, Andrés Mijes, aseguró que en su municipio hay 100 mil estudiantes, de los cuales 25 mil asisten a escuelas privadas. Y son esos planteles los que saturan avenidas en horarios escolares.
El dato que preocupa es que el 92% de los casos corresponde a traslados de un solo alumno por vehículo. Este modelo de movilidad está directamente relacionado con la falta de transporte escolar confiable y con la poca confianza en el sistema público.
El resultado es evidente: miles de autos circulando al mismo tiempo, operativos de tránsito improvisados y familias atrapadas en filas interminables.

Samuel Y Su Discurso De Culpas
En lugar de reconocer estas carencias, Samuel insiste en responsabilizar a los padres de familia. Para él, el tráfico es consecuencia de que cada estudiante viaja en un auto. Pero lo que omite es que nadie quiere arriesgarse a exponer a sus hijos en un transporte público colapsado, con camiones en mal estado y sin condiciones de seguridad.
La ciudadanía lo tiene claro: no se trata de “decisiones personales”, sino de una necesidad ante el abandono de un sistema que debería funcionar. Culpar a las familias es más fácil que aceptar la falta de resultados.
El Fiasco Del Transporte Público En Nuevo León
El transporte público en el estado sigue siendo una de las mayores quejas. Camiones viejos, rutas que no cumplen horarios y una cobertura insuficiente son la regla. A esto se suma la inseguridad: los robos y el acoso en el transporte son reportes constantes.
Por eso, muchas familias optan por trasladar a sus hijos en auto. La elección no es un capricho, es un intento de garantizar su seguridad. Samuel, sin embargo, prefiere señalar esta decisión como la causa del problema, sin atender de fondo la raíz.
Entre La Propaganda Y La Realidad
Mientras tanto, el gobierno destina millones en propaganda digital para proyectar una imagen de eficiencia. Samuel presume inversiones y proyectos, pero la realidad en las calles muestra otra cara: transporte deficiente, filas interminables en paradas y familias atrapadas en el tráfico.
Este contraste genera indignación. Los ciudadanos se preguntan cómo es posible que se inviertan millones en imagen y no en resolver el transporte público que afecta la vida diaria de miles.
Padres De Familia Bajo Señalamientos
Los padres de familia se sienten en el centro de las culpas. Por un lado, deben enfrentar las críticas del gobernador. Por el otro, viven la realidad del día a día: traslados largos, tráfico insoportable y la falta de un transporte confiable.
Para muchos, llevar a sus hijos en auto es la única opción viable. El costo en tiempo y dinero es alto, pero consideran que es menor que arriesgar la seguridad o exponer a sus hijos a un sistema colapsado.
Un Problema Que Exige Soluciones Reales
Los especialistas coinciden en que la solución no pasa por culpar a los padres, sino por ofrecer alternativas. Se requiere fortalecer el transporte escolar colectivo, mejorar la infraestructura vial y, sobre todo, invertir en un transporte público moderno, seguro y eficiente.
Sin un plan integral, el problema seguirá repitiéndose cada ciclo escolar. Los discursos de Samuel pueden señalar responsables, pero no resuelven el caos que cada mañana sufren las familias.
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