El gobierno estatal asegura que Nuevo León captó 115 mil millones de dólares en inversión extranjera, pero los datos oficiales federales desmienten esa versión. En realidad, las cifras muestran apenas 12 mil millones. La diferencia, de más de 100 mil millones, pone en duda la credibilidad de los reportes estatales y las supuestas políticas de atracción económica.

Cifras Infladas De Inversión Extranjera
Según la información presentada por el gobierno estatal, los primeros cuatro años de la actual administración han sido los más prósperos para Nuevo León en materia de inversión extranjera. Sin embargo, la Secretaría de Economía (SE) federal revela una realidad completamente distinta.
De acuerdo con los registros nacionales, desde el cuarto trimestre de 2021 hasta el segundo trimestre de 2025, México captó 149 mil 420 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED). Si los 115 mil millones que presume el Estado fueran ciertos, representarían el 77 por ciento del total nacional, algo estadísticamente imposible.
En contraste, la cifra real para Nuevo León es de apenas 12 mil 295 millones de dólares, lo que equivale al 11 por ciento del monto reportado. Expertos en economía advierten que el gobierno de Samuel mezcla conceptos y utiliza una metodología distinta para inflar los resultados.
Estado Registra Anuncios Como Inversiones Reales
Una de las principales diferencias radica en cómo se contabilizan los recursos. Mientras la SE y el Banco de México registran la inversión extranjera con base en nuevos proyectos, reinversiones o transacciones financieras entre compañías, el Estado registra prácticamente cualquier anuncio o acuerdo comercial.
Esto incluye ventas, expansiones o proyectos que aún no se concretan, e incluso aquellos de origen nacional. Para el gobierno estatal, si una empresa anuncia una inversión, esta se registra como realizada, sin verificar si los recursos llegaron o se ejercieron.
Esta práctica genera inconsistencias graves, ya que se incluyen operaciones sin impacto real en el empleo o en el crecimiento económico. En palabras de especialistas, el discurso de progreso “se sostiene más en titulares que en resultados tangibles”.
Tesla Y Otros Casos Que Inflan La Cuenta
El ejemplo más citado es el de Tesla. El gobierno estatal mantiene dentro de su lista los 10 mil millones de dólares que supuestamente aportaría la empresa de Elon Musk, a pesar de que la obra ni siquiera ha comenzado y su monto exacto nunca se confirmó.
De igual forma, se cuentan los 5 mil 275 millones de dólares provenientes de la venta de la mitad de Prolec GE a la empresa GE Vernova, aunque solo una de las siete plantas involucradas se encuentra en Monterrey.
Otro caso cuestionado es el de la compra de los activos de Iberdrola México por parte de COX Energy. Esta transacción, valuada en 4 mil 200 millones de dólares, fue registrada como parte de la inversión extranjera estatal, aunque es una operación entre dos compañías extranjeras y no representa flujo de capital nuevo para la entidad.
Inversiones Que No Generan Empleo
A pesar del optimismo oficial, los efectos de esta supuesta bonanza no se reflejan en la economía local. El empleo no ha crecido en la misma proporción y los salarios reales se mantienen estancados.
Economistas advierten que contabilizar ventas o expansiones sin inversión productiva es engañoso. Los anuncios no siempre significan creación de plantas, generación de empleo o flujo de divisas.
En otras palabras, el Estado presume inversión extranjera que no genera un solo empleo nuevo. “Estas cifras distorsionan la realidad económica y crean una falsa percepción de éxito”, señaló un analista financiero consultado.
En el caso de los parques industriales, que representan el 7 por ciento de los 115 mil millones reportados, buena parte de las inversiones fueron realizadas por empresas mexicanas, no extranjeras. Sin embargo, también fueron contabilizadas como IED.
Gobierno Estatal Defiende Sus Propios Datos
Pese a las críticas, la administración estatal sostiene que sus cifras son correctas. El gobernador insiste en que Nuevo León vive un auge económico sin precedentes y que su política de atracción de inversiones “ha puesto al Estado en el mapa mundial”.
Sin embargo, expertos señalan que la discrepancia con los datos de la SE federal evidencia la falta de transparencia. Mientras los registros oficiales son auditables y siguen estándares internacionales, el gobierno estatal utiliza su propia metodología sin validación externa.
“En el discurso se mezclan expectativas con hechos”, apuntan analistas, “y eso genera un espejismo económico que no se traduce en bienestar para la población”.
Inversión Extranjera Y Realidad Económica De Nuevo León
La diferencia entre los 115 mil millones que presume el Estado y los 12 mil millones reportados oficialmente no solo refleja un error técnico, sino una estrategia política. Presentar cifras infladas permite sostener la narrativa de un Nuevo León próspero y atractivo, aunque las evidencias indiquen lo contrario.
De hecho, los especialistas advierten que el crecimiento económico del Estado se concentra en sectores específicos y no beneficia a toda la población. Los altos costos de vida, la precarización laboral y la inseguridad siguen siendo los principales obstáculos para un desarrollo equilibrado.
Mientras tanto, el gobierno estatal continúa promocionando anuncios como logros y atribuyéndose inversiones que no han llegado. Así, el éxito económico se convierte en una ilusión construida sobre estimaciones sin sustento.
Discurso De Éxito Frente A Una Realidad Inflada
El caso de la inversión extranjera en Nuevo León refleja una brecha entre el discurso político y la realidad económica. Aunque los reportes federales muestran avances modestos, el gobierno estatal insiste en promover una imagen de crecimiento acelerado.
En la práctica, las cifras infladas ocultan un problema estructural: la falta de políticas sostenibles que impulsen inversiones reales y generen empleos estables. Las declaraciones optimistas contrastan con los resultados tangibles y con la frustración de empresarios que reclaman mayor transparencia.
La conclusión de los analistas es clara: el Estado no puede seguir midiendo su éxito económico con anuncios que no se concretan. Sin una rendición de cuentas clara, los datos seguirán sirviendo más para la propaganda que para el desarrollo.
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