El plan ambiental de Samuel García se presentó como una solución histórica para reforestar Nuevo León y combatir la crisis de contaminación. Sin embargo, lejos de sembrar árboles, sembró dudas, opacidad y gastos desmedidos.
Con un presupuesto de 300 millones de pesos, el proyecto que prometía 650 mil árboles terminó convertido en un costoso montaje verde.
De Promesas Masivas A Resultados Mínimos
Desde su campaña con Movimiento Ciudadano, Samuel García prometió una transformación verde para Nuevo León. Aseguró que se plantarían 650 mil árboles como parte de un plan integral para mejorar la calidad del aire y recuperar espacios públicos.
Sin embargo, al paso del tiempo, los datos reales contradicen el discurso oficial: apenas se han plantado 5 mil árboles, muchos de los cuales ya han muerto por falta de riego o mantenimiento. La mayoría de las zonas intervenidas no cuentan con sistema de riego, personal técnico ni supervisión.
Árboles De Oro: El Caso De La Alameda
El caso más indignante ocurrió en la Alameda Mariano Escobedo, en Monterrey, donde el gobierno estatal, a través del programa “Reforestación Extrema”, destinó 38 millones de pesos para sembrar apenas 308 árboles.
Esto representa un gasto de 125 mil pesos por árbol, una cifra que ha despertado fuertes cuestionamientos.
A pesar del monto, no hay evidencia técnica que justifique ese gasto, ni información pública detallada sobre el desglose de los recursos.
Lo que sí se sabe es que varios de esos árboles ya están secos, y que el sistema de riego nunca funcionó como debía.
Una Auditoría Necesaria Ante El Gasto
A finales de 2023, la Auditoría Superior del Estado de Nuevo León (ASE) abrió una investigación sobre el programa de reforestación, tras detectar posibles irregularidades en el ejercicio de recursos públicos.
Los primeros reportes apuntaron a falta de documentación completa, así como inconsistencias entre los árboles sembrados y los reportados oficialmente.
La revisión busca determinar si hubo mala administración o uso indebido de fondos, con base en los contratos y los informes presentados por la Secretaría de Medio Ambiente.
La Secretaría: La Caja Chica De Samuel García
Más allá del caso Alameda, la gestión ambiental del gobierno ha sido cuestionada por su falta de resultados y alto costo.
La Secretaría de Medio Ambiente, bajo el mando de Félix Arratia primero, y luego de Raúl Lozano, ha operado con presupuestos elevados y escasa transparencia en la ejecución de programas.
Lejos de convertirse en un eje rector de políticas ecológicas, la dependencia se ha utilizado como plataforma para operaciones de imagen, contratos con asociaciones civiles y estrategias más políticas que técnicas.
Félix Arratia: el primer operador
En 2023, Félix Arratia fue nombrado como titular de la Secretaría de Medio Ambiente, sin experiencia previa en temas ecológicos. Durante su gestión, se ejercieron cientos de millones de pesos en campañas de reforestación, de las cuales los resultados fueron mínimos.
Tras 10 meses en el cargo, Arratia dejó la secretaría para contender por la alcaldía de Juárez, sin que hasta ahora haya presentado un informe detallado sobre el destino de los recursos ejercidos durante su gestión.
¿Reforestación o Gasto Extremo? 🌳💸 Samuel prometió plantar 650 mil árboles, pero solo puso 5 mil. En la Alameda gastó 38 millones en 308 ejemplares, muchos ya secos 😠. La Auditoría investiga el desvío, pero ahora sigue sacando dinero desde Medio Ambiente 🟧📢 pic.twitter.com/MEXvZfkZXM
— Los Industriales (@Industrialesmty) August 4, 2025
Raúl Lozano Repite El Guion
Al salir Arratia, el cargo fue asumido por Raúl Lozano, quien ha mantenido el mismo esquema operativo: programas costosos, poca información técnica disponible, y acciones más enfocadas en la difusión que en resultados tangibles.
A pesar de los anuncios, los parques siguen sin árboles, las áreas verdes no se han recuperado, y la calidad del aire no ha mejorado. Todo indica que el enfoque ambiental ha quedado en segundo plano, mientras se privilegia el uso político del tema.
Las Zonas Verdes De Nuevo León, En Abandono
Recorridos por distintas zonas donde supuestamente se ejecutaron brigadas de reforestación confirman el abandono.
Árboles secos, sistemas de riego dañados y ausencia total de seguimiento técnico son parte del panorama en áreas como:
- La Alameda Mariano Escobedo
- Vías metropolitanas
- Camellones de avenidas principales
- Unidades deportivas y parques periféricos
Los ciudadanos que viven cerca de estas zonas no han visto mejoras reales, y muchos desconocen si ahí se aplicó realmente algún programa del gobierno.
Ciudadanía Exige Transparencia
Colectivos ambientalistas y ciudadanos han solicitado a las autoridades estatales mayor transparencia sobre los programas de reforestación y el uso del presupuesto ambiental.
Los cuestionamientos giran en torno a:
- ¿Cuántos árboles realmente se sembraron?
- ¿Cuáles asociaciones o empresas participaron?
- ¿Qué pasó con los sistemas de riego?
- ¿Dónde están los informes técnicos?
La exigencia no es menor: se trata de cientos de millones de pesos del erario público, cuyo destino y resultados deben ser explicados claramente.
Una Estrategia Política Disfrazada De Ecología
Lo que empezó como una política verde terminó siendo, para muchos, una estrategia política más que una iniciativa ambiental.
Samuel García ha utilizado el tema del medio ambiente como discurso, pero no ha demostrado un compromiso real con el cambio climático, la sustentabilidad o la protección de recursos naturales.
Mientras tanto, la Secretaría de Medio Ambiente sigue operando como una dependencia sin rumbo técnico, priorizando la difusión por encima del impacto.
Árboles Secos, Millones Gastados En Nuevo León
El plan de reforestación de Samuel García, con 650 mil árboles prometidos y 300 millones de pesos ejercidos, hoy está bajo la lupa por su ineficiencia y falta de resultados.
Los ejemplos más visibles, como el caso de la Alameda, revelan un patrón preocupante: gastos inflados, árboles muertos, y proyectos sin transparencia.
La ciudadanía exige claridad, rendición de cuentas y que el medio ambiente deje de ser una excusa política.
Nuevo León necesita soluciones reales, no solo promesas verdes que terminan en tierra seca.