Pepe Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras políticas más queridas en América Latina, falleció el pasado martes a los 89 años de edad. Luchaba contra un cáncer de esófago que había afectado su salud desde principios de este año. A lo largo de su vida, Mujica fue un símbolo de lucha y humildad, tanto por su paso en la política como por su historia como guerrillero.
Su muerte ha sido recibida con gran tristeza, ya que era una figura admirada no solo por su legado político, sino por sus principios y su estilo de vida austero. Desde su salida del poder en 2015, continuó siendo un referente para muchos, dejando huellas profundas en la historia política de Uruguay y América Latina.

La Larga Batalla Contra El Cáncer Que Terminó Con Su Vida
Pepe Mujica, expresidente de Uruguay, conocido por su actitud pragmática y por su lucha en favor de la justicia social, había sido diagnosticado con cáncer de esófago en 2024. En ese momento, los médicos recomendaron tratamientos paliativos y radioterapia para frenar la expansión del cáncer, pero debido a su edad avanzada y las condiciones preexistentes de salud, los tratamientos resultaron ser limitados.
A pesar de los esfuerzos médicos, su salud se deterioró rápidamente. En enero de 2025, su cáncer había avanzado considerablemente, y los médicos confirmaron que ya no había más opciones de tratamiento. Durante los últimos meses de su vida, Mujica recibió cuidados paliativos para aliviar el dolor y garantizar su confort.
Ha muerto Pepe Mujica.Esta vez sí, a los 89 años, decidió irse.
— Ibon Perez (@IbonPerezTV) May 13, 2025
No lo logró la dictadura, ni las balas, ni la oscuridad de un pozo.
Lo venció el tiempo.
Nos deja el presidente más pobre, el más sabio, el más humano.
Una leyenda del sur que ya es del mundo
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Los Últimos Momentos De Pepe Mujica: Reflejos De Una Vida Dedicada A Su Pueblo
Lucía Topolanski, esposa de Mujica, había comunicado recientemente que el expresidente se encontraba en fase terminal y que, como parte de su tratamiento, recibía cuidados paliativos. A lo largo de los últimos meses, su salud se fue deteriorando a medida que el cáncer avanzaba, lo que llevó a su familia a tomar la difícil decisión de retirarle la atención médica intensiva.
El cáncer de esófago le afectó severamente, llegando a un punto en que su capacidad para alimentarse se vio comprometida. A pesar de estas adversidades, Pepe Mujica mantuvo la fuerza y la determinación que lo caracterizaron durante toda su vida, enfrentando su enfermedad con la misma valentía con la que luchó por sus ideales en la guerrilla y luego como presidente de Uruguay.
Un Hombre De Principios Que Nunca Dejó De Luchar
José Mujica, conocido como “Pepe”, comenzó su carrera política en los años 60 al unirse al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, un grupo guerrillero de izquierda que luchaba contra el gobierno militar de Uruguay. A pesar de su paso por la guerrilla, donde estuvo involucrado en varios enfrentamientos violentos, Mujica siempre mantuvo su integridad y se mostró reacio a la violencia innecesaria. En una de sus entrevistas más conocidas, el exmandatario destacó que nunca había matado a nadie, a pesar de estar involucrado en actividades violentas durante la dictadura.
Su paso por la cárcel durante 14 años, donde estuvo en condiciones de aislamiento, le permitió reflexionar sobre su vida y sus valores. A su salida de prisión, Mujica volvió a la política y se convirtió en una figura central en la izquierda uruguaya. Fue elegido presidente en 2010, donde gobernó hasta 2015, con una gestión que se destacó por su lucha en favor de los derechos humanos, la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la legalización de la marihuana.
El Legado De Pepe Mujica Y Su Aportación A Uruguay Y América Latina
El legado de Pepe Mujica como presidente de Uruguay es incuestionable. Fue un líder que dejó una huella indeleble en la política de su país, y su gestión fue reconocida por su capacidad de diálogo y su enfoque en la justicia social. A pesar de ser un hombre de izquierda, Mujica logró mantener un diálogo constructivo con la derecha, siempre defendiendo sus principios, pero también siendo pragmático en la política.
A lo largo de su vida, Mujica fue un hombre comprometido con su pueblo. No solo como líder político, sino también como símbolo de lucha y sacrificio. En su época como presidente, vivió modestamente, donando gran parte de su salario a causas sociales y adoptando un estilo de vida que contrastaba con la ostentación de otros políticos. Su imagen fue siempre la de un hombre cercano a la gente, dispuesto a compartir con los más necesitados y a priorizar el bienestar de los ciudadanos sobre su propio confort.
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